Plusvalía municipal - IIVTNU (II)

En el anterior post vimos las reglas generales de liquidación del impuesto, pero además existen, en la mayoría de los casos, algunas bonificaciones para el caso que los adquirentes de la finca sean parientes cercanos del causante y que se tratase de la vivienda habitual del fallecido. En algunos Ayuntamientos se establece también una Bonificación para el resto de Inmuebles, aunque no sea la vivienda habitual del difunto.

 

Las ordenanzas fiscales podrán regular una bonificación de hasta el 95% de la cuota íntegra del impuesto en las transmisiones realizadas a título lucrativo por causa de muerte a favor de los descendientes y adoptados, los cónyuges y los ascendientes y adoptantes.

 

De nuevo, resultará muy importante conocer bien la ordenanza municipal en cuestión, ya que los requisitos para poder aplicar dicha bonificación son dispares: que sea la vivienda habitual del fallecido, o que lo sea de los adquirentes, o que hayan convivido los adquirentes con el causante durante los últimos años, que vaya a ser la primera vivienda habitual del adquirente y no disponga de otra...

 

En la mayoría de los casos, además, tenemos que ser conscientes de que si queremos aplicar esta bonificación tendremos que mantener la vivienda en el patrimonio del adquirente durante un periodo de años que suelen estar entre tres y cinco años dependiendo del municipio.

 

Y en cuanto a la gestión del impuesto, pues como antes hemos indicado, lo puede gestionar el propio ayuntamiento o puede tener la gestión delegada a algún organismo tributario. En algunas ocasiones será autoliquidación, es decir que nosotros mismos generaremos nuestra carta de pago (e introduciremos los datos necesarios para su generación) y la presentaremos a pagar en las oficinas colaboradoras; en otras será liquidación, y enviaremos la documentación al ayuntamiento para que sea él el que nos genere la carta de pago; incluso cabe la “autoliquidación asistida” que es una mezcla de las anteriores.

 

En cualquier caso, hay que tener presente que una transmisión mortis causa supone que, dentro de los seis primeros meses desde el fallecimiento del causante, tendremos que liquidar este impuesto.

 

Importante ver que la fecha empieza a correr desde el momento del fallecimiento, no de la escritura de aceptación de herencia.

 

Si no lo hemos podido gestionar en este plazo, podríamos solicitar prórroga por otros seis meses más, en cuyo caso se nos cobraría con intereses de demora, aunque no con recargo, el cual sólo aparecería si lo liquidamos fuera de los primeros seis meses si no hemos pedido prórroga o transcurrido el primer año si la solicitamos.

 

La correcta gestión de este impuesto es muy importante, dado que de él dependerá la inscripción en el Registro de la Propiedad de la finca que acabamos de heredar, ya que sin la liquidación y presentación de copia ante el Registro, éste no nos va a inscribir la finca a nuestro nombre.

 

Como siempre, desde DIAGONAL COMPANY, queremos ayudaros en las gestiones que se derivan de una herencia y dada la trascendencia de este impuesto y enmarcado dentro de la Gestión Integral de Testamentaría, prestamos al heredero, como su propio nombre indica, una gestión integral de la herencia, ocupándonos del cálculo, gestión y liquidación del IMPUESTO DE SUCESIONES, pero naturalmente también de la PLUSVALÍA MUNICIPAL.

Nuestra gestión, no obstante, no se enmarca exclusivamente en la adquisición de una finca como consecuencia de una defunción o donación, pues también podemos ayudaros en la gestión del tributo en el caso de venta o trasmisión onerosa de una finca, y dada nuestra amplia red de delegaciones a lo largo de nuestro país, os podemos ayudar a liquidar correctamente el impuesto en cualquier parte del territorio nacional. Con nuestra ayuda lograrás cumplir con todas sus obligaciones tributarias y aplicándote las bonificaciones que te puedan corresponder.

 

Contamos con un Departamento de plusvalías que te ayudará a la gestión de este tributo y resolverá cualquier duda que pueda surgirte sobre el mismo (posibilidad o no de aplicación de bonificaciones, tiempo de permanencia de la posesión, cálculo de los años, asesoramiento en la localización de los valores del suelo, titularidad en usufructo...)

Además, desde DIAGONAL COMPANY hemos habilitado una herramienta que permite al heredero calcular, de forma muy sencilla y aproximada, a cuánto podría ascender este tributo. Se trata de nuestro calculador de plusvalías online al que puedes acceder haciendo clic sobre el anterior enlace. Si tienes dudas sobre este tributo, no dudes en contactar con nosotros.


Plusvalía municipal - IIVTNU (I)

En este artículo vamos a hablar sobre otro de los impuestos que participan en todas aquellas herencias en las que hay algún inmueble de naturaleza urbana.

La mayoría de la gente piensa en el impuesto de sucesiones en los casos de fallecimiento, pero no tienen en cuenta que además de ese impuesto existe el conocido como “plusvalía municipal” o Impuesto sobre el incremento de valor de terrenos de naturaleza urbana, que también puede aparecer en una transmisión mortis causa (como consecuencia del fallecimiento de una persona).

Para muchos, la plusvalía municipal aparece cuando vendemos un inmueble, pero también aparece cuando se transmite de forma gratuita, siendo entonces el sujeto pasivo el beneficiario de dicha transmisión. En el caso de una herencia, por tanto, los herederos, legatarios o legitimarios que reciban un bien inmueble de naturaleza urbana.

¿Y qué es lo que grava este impuesto? Pues, como su nombre indica, el incremento de valor que experimenten dichos terrenos y se ponga de manifiesto a consecuencia de la transmisión de la propiedad de los terrenos por cualquier título.

Se trata de un Impuesto previsto en la Ley Reguladora de Haciendas Locales, regulado por los Artículos 104 a 110, cuando dice que los ayuntamientos podrán establecer y exigir (...) el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, de acuerdo con esta ley, las disposiciones que la desarrollen y las respectivas ordenanzas fiscales. 

Eso significa que tendremos que estar a la ordenanza fiscal del municipio o municipios en los que radiquen los inmuebles de una herencia para conocer la regulación de este impuesto.

De hecho, dado que es un tributo que pueden o no exigir los distintos ayuntamientos, no todos lo tienen previsto, así que habrá que mirar con atención las ordenanzas fiscales para ver si estamos obligados a tributar por él o no.

Pues bien, una vez sepamos que en el municipio donde radica la finca se recoge la obligación de tributar por dicho impuesto, necesitaremos dos datos más para poder calcularlo: 

·     El título de adquisición: Ahí veremos en qué porcentaje era titular el fallecido y la fecha o fechas de adquisición (varias si se adquirió la finca por porciones en distintos momentos).

·     El valor catastral del suelo correspondiente al año del devengo: Se trata de una información que, con frecuencia, se refleja en los recibos de IBI (la antigua contribución), pero que cada vez más están desapareciendo de dichos recibos y que podremos obtener en el catastro si solicitamos un certificado descriptivo y gráfico de la finca, como interesados en ello; o bien en algunas webs corporativas de entes que gestionan la recaudación de este impuesto y que con los datos del recibo permiten descargar esa información on line.

 

Y una vez que tenemos toda esa información, ¿cómo calculamos el impuesto? Pues, en primer lugar vamos a ver la ordenanza municipal, la cual encontraremos una tabla, según el número de años en que la finca ha estado en el patrimonio del causante, de tal suerte que si la tuvo entre uno y cinco años aplicaremos un porcentaje anual determinado por la Ordenanza; si la tuvo hasta diez años otro; hasta quince años por otro porcentaje y hasta veinte años por otro.


El máximo de tiempo recogido en las ordenanzas será siempre veinte años, de modo que alguien que tuvo el inmueble en su propiedad cuarenta años, tributará como máximo por el resultado de multiplicar veinte por el coeficiente recogido en la ordenanza fiscal para el caso de hasta veinte años.



Eso sí, se tomarán los años completos para estos cálculos, y siempre a partir del primer año de posesión en la mayoría de municipios, con algunas excepciones como Barcelona que lo calcula también por los meses de posesión hasta los primeros doce.


Multiplicando el valor del suelo por el número de años de posesión y multiplicado también por el porcentaje anual indicado, obtenemos la base imponible, la cual multiplicaremos por un porcentaje o tipo de gravamen establecido por cada municipio (el tipo máximo establecido es el 30%), con lo que obtendremos el resultado a ingresar si no nos podemos aplicar ninguna bonificación o reducción.